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¿Por qué es importante implementar buenas prácticas dentro de los condominios?

Pagar a tiempo las expensas, respetar el uso de los parqueaderos de otros vecinos, no colgar ropa en las ventadas del edificio; todas estas acciones, si bien ayudan a que la convivencia sea más llevadera dentro del condominio, no se constituyen en buenas prácticas. Son, únicamente, el cumplimiento más básico y elemental de la norma que regula a la propiedad horizontal. 

Cuando hablamos de buenas prácticas dentro de los condominios nos referimos a aquellas actividades replicables, positivas y sostenibles que los copropietarios, administradores y directivos ejecutan dentro del marco legal y que satisfacen necesidades colectivas a partir de la organización y trabajo comunitario.  

La implementación de buenas prácticas de convivencia en condominios es de vital importancia para fomentar un ambiente armónico y satisfactorio para todos sus residentes. Estas prácticas promueven el respeto mutuo, la tolerancia y la empatía, creando un sentido de comunidad sólido y fortalecido. Además, se fomenta un ambiente en el que cada individuo se sienta valorado y parte integral de la comunidad, contribuyendo así al bienestar general y a la armonía colectiva.

A propósito de este tema, la semana pasada, en Quito, se llevó a cabo el evento de premiación de la Segunda Edición del Reconocimiento Buenos Vecinos a las Buenas Prácticas de Convivencia. Esta iniciativa, organizada por Fundación Bien-Estar, busca premiar y difundir las buenas prácticas ejecutadas en condominios, conjuntos habitacionales y urbanizaciones, que evidencien una adecuada gestión organizativa, administrativa y la promoción de una buena convivencia y cuidado ambiental.

En esta edición, el ganador del primer lugar en la categoría “Buenas prácticas financieras y administrativas” fue el Conjunto Habitacional La Mena por su proyecto de brigadas de seguridad.  A su vez, el primer lugar en la categoría “Buenas prácticas en organización comunitaria y cuidado ambiental” lo obtuvo la Manzana 26 de Ciudad Bicentenario por su proyecto “Comuna Verde”, que consiste en la construcción de un huerto urbano orgánico y comestible. Las dos prácticas fueron las ganadoras por ser sostenibles, replicables y haber impactado positivamente en la calidad de vida de los vecinos.

¿Por qué es importante implementar buenas prácticas dentro de los condominios?

Estas buenas prácticas son un claro ejemplo del poder transformador de la organización comunitaria. Sin importar el tamaño de la comunidad ni de los retos que esta enfrenta, el primer paso para lograr una mejor calidad de vida de sus integrantes es entender que el cambio solo depende su decisión y compromiso colectivo.

Revisa más información en nuestra web: www.fundacionbienestar.org.ec o ingresa a YouTube y conoce las iniciativas ganadoras del reconocimiento «Buenos Vecinos»: https://youtube.com/@ecfundacionbienestar 

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¿Cómo cobrar las expensas efectivamente?

Cobrar las expensas es, sin lugar a duda, la gestión más delicada y demandante que está a cargo del administrador del condominio. Sobre todo, porque esta gestión no solo se limita a recibir el dinero de los condóminos, sino que comienza mucho antes con la elaboración de un presupuesto coherente con las necesidades del condominio y puede terminar en el inicio de las acciones legales en contra de los copropietarios morosos.

Para facilitar la gestión del cobro de las expensas, revisemos algunos consejos que pueden ser de mucha utilidad para realizar efectivamente esta tarea:

  • Sustenta el cobro y cuida la formalidad: Como sabemos, el cobro de las expensas nace de la obligación legal que tienen los copropietarios de contribuir al pago del mantenimiento, seguridad, administración y limpieza de los bienes comunes. Esto quiere decir que no es un “aporte voluntario”. Cuando vayas a cobrar, sustenta tu acción con las normas legales pertinentes para que el copropietario sepa que no se trata de algo discrecional. Asimismo, deja constancia del cobro mediante la entrega un recibo a nombre del copropietario.
  • No dejes pasar el tiempo. Cobrar a tiempo te permitirá mejorar tus probabilidades de éxito en esta gestión. Recuerda que debes cobrar las expensas dentro de los 10 primeros días de cada mes. Cada día que pase después del décimo día, tus probabilidades de cobrar van disminuyendo porque el copropietario va a perder el interés y porque la próxima expensa está por llegar y pueden acumularse haciendo la deuda aún más grande. Sé ordenado y programa tu cobranza a tiempo.
  • Sé cordial pero firme. Ten en cuenta que no vas a pedir un favor, estás haciendo que se cumpla una obligación. Como administrador debes ser respetuoso y cuidar mucho de la forma en la que abordas al copropietario, sin embargo, debes ser asertivo y firme en tu demanda de pago. El mensaje debe ser claro y no dejar ningún espacio de duda que haga creer al copropietario que puede pagar cuando quiera.
  • Cuida el dinero y recuerda tu papel. El administrador es el responsable de la custodia y del manejo prudente del dinero. Encárgate de que siempre esté en la cuenta bancaria del condominio y no dispongas de este como si se tratase una extensión de tus fondos propios. Además, ten en cuenta que si algo pasa con el dinero, tú, como administrador del condominio, eres legalmente responsable y podrías enfrentarte a procesos civiles e incluso penales.

Sabemos que la cobranza es difícil pero no imposible. Con orden y disciplina seguro adquirirás la capacidad de cobrar las expensas en mayor cantidad y en menor tiempo.

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¿Por qué es importante nombrar un buen administrador en el condominio?

Parecería una pregunta retórica, pero en la práctica es más común de lo que nos imaginamos el subestimar la importancia de elegir un buen administrador para nuestro condominio.

Además de ser el representante legal, el administrador cumple funciones tan variadas como medulares dentro de la comunidad de copropietarios.

Si quieres conocer porqué debemos tomarnos en serio el nombramiento del administrador, toma en cuenta lo siguiente:

Es quien maneja el dinero del condominio. El administrador es el encargado de cobrar las expensas y pagar a los proveedores del condominio. De él depende que los servicios comunales estén al día y que puedas disfrutar de ellos con normalidad. Asimismo, el administrador es quien lleva las cuentas del condominio y responde por el mal uso de los recursos.

Cumple y hace cumplir las normas. No solo ejerce las facultades definidas en el Art. 60 del Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal, además se encarga de hacer que todos los copropietarios y usuarios cumplan con las normas del condominio.

Es el secretario de la asamblea. El administrador desempeña las funciones de secretario dentro de las sesiones de asamblea y directorio. Su trabajo no se limita a asistir a las sesiones; él es el encargado de que estas se desarrollen eficientemente y que lo resuelto quede instrumentado en actas conforme a la norma.

Prepara informes, presupuestos y propuestas de reglamentos. Su trabajo no solo es de ejecución. Además de llevar a cabo las disposiciones de la asamblea, el administrador pone a su consideración la información que esta necesita para tomar decisiones sustentadas y en beneficio de los copropietarios.

 Resuelve conflictos. Al ser uno de los órganos de administración del condominio, los copropietarios pueden acudir al administrador para ventilar un conflicto que requiera de un tercero neutral.

 Es quien toma las decisiones urgentes. En caso de una emergencia o un imprevisto, el administrador es el llamado a decidir sobre lo que debe hacerse sin esperar la aprobación de la asamblea o directorio.

Como pudiste ver, el administrador es una pieza clave en la organización del condominio. Antes de nombrar un administrador en tu condominio, recuerda todas las responsabilidades que este tendrá y que es necesario que cuente con suficiente formación y experiencia para asumir esta tarea.

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¿Cómo mediar un conflicto entre vecinos dentro de un condominio?

Según el Capítulo VIII del Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal, salvo los procedimientos específicos detallados en la norma de la materia, cualquier controversia que surja entre los copropietarios o usuarios de condominio pueden ser sometidos a un procedimiento conciliatorio verbal, breve y sumario, ante uno de los órganos de administración del condominio.

Siendo el administrador del condominio uno de los órganos, es necesario que quien ejerza esta función esté claro del papel que desempeñaría como promotor de acuerdos y de la resolución de conflictos vecinales.

Con este antecedente y, a propósito de la coyuntura que vive el país, revisemos algunos consejos para resolver un conflicto de manera eficaz y sostenible.

Dialogar es la base, pero no lo es todo: Partamos de que dialogar no es exponer mis caprichos y escuchar los caprichos del otro. Esta recurrente confusión es la causante del escalamiento del conflicto y de posiciones cada vez más cerradas.

En estos días hemos escuchado tantas veces la palabra “diálogo” que resuena en nuestras cabezas como un mantra. Desde todos los sectores se habla del diálogo y se lo pondera como una solución, cuasi mágica, a problemas estructurales cuya real cura necesita más que una mesa, dos sillas y buena voluntad. Cuando se trata de resolver un conflicto, dialogar deja de ser una acción concreta y se vuelve un proceso complejo y sistemático orientado a explorar opciones factibles y racionales que satisfagan las necesidades de las partes. Por ello, el sentarse en una mesa debe ser el resultado de acciones previas inteligentemente guiadas para llegar a presentar una propuesta que construya valor, confiando que la otra parte hará lo propio.

Preparar el terreno de la mediación: Antes de dialogar debemos haber preparado el terreno para que esto sea efectivo. Compromisos de dar, hacer o no hacer pueden ser los primeros actos de buena fe que se deben cumplir antes de llegar a una mesa. No asumamos que solo por el hecho de ponerse frente a frente las partes en conflicto van a solucionar sus problemas. Estas deben haberse demostrado mutuamente que tienen la intención de solucionar sus problemas y que están dispuestas a trabajar por ello.

No comprometas tu probidad como mediador: Si vas a intervenir como mediador debes cuidar que acciones sean, y se vean, siempre en beneficio del acuerdo y no solo de una de las partes.

La base de todo buen acuerdo es la confianza: Tanto entre las partes, como de las partes hacia el mediador, la confianza es la piedra angular sobre la que se construye un acuerdo. Si ya existe, cuídala. Si no, constrúyela. Recuerda que las partes no van a mediar entre ellas sin saber que pueden confiar la una en la otra. De igual forma, las partes en conflicto no permitirán que tú sigas mediando el conflicto si perciben un sesgo o mala fe de tu parte.

El mediar en un conflicto vecinal deber ser asumido con mucha responsabilidad y cuidado. Ten en cuenta que la calidad de vida de tus vecinos está en juego. 

 

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Acciones para fomentar una buena convivencia

Las relaciones sociales y, dentro de ellas, las relaciones vecinales constituyen uno de los aspectos que más inciden en la calidad de vida de las personas. Los ambientes en los que nos desenvolvemos, así como las personas con quienes compartimos nuestro tiempo y nuestros espacios influyen positiva o negativamente en el desarrollo de nuestras actividades y, en muchos casos, determinan la satisfacción que sentimos respecto a la vida.

Fuera de los ambientes laborales, nuestra casa o departamento es el espacio en el que mayor tiempo pasamos y nuestros vecinos son las personas con quienes, nos guste o no, compartimos el día a día. Por esta razón, lograr mantener una convivencia saludable dentro de los condominios y conjuntos habitacionales resulta fundamental para contribuir a mejorar nuestra calidad de vida.

Alineados a nuestro propósito de construir comunidad alrededor de la vivienda y con el objetivo de contribuir a lograr espacios de sana convivencia, desde Fundación Bien-Estar en esta ocasión te presentamos algunas recomendaciones para fomentar una buena convivencia vecinal:

Participa en las actividades condominiales, como reuniones, asambleas, mingas o actos sociales y culturales. Estos espacios promueven la interacción entre vecinos y permiten conocer a las personas con quienes convives. Estrechar los lazos vecinales, a su vez, genera empatía entre las personas, facilita la resolución de posibles conflictos y promueve espacios más seguros para todos.

Informa con anticipación sobre las actividades que vayas a realizar y que puedan afectar a tus vecinos de alguna manera. Tales como: obras de remodelación o reuniones en las que causarás ruido.

Modera los ruidos y evita la contaminación sonora innecesaria. Toma en cuenta que dentro de tu condominio viven personas mayores o enfermas y niños pequeños que necesitan descansar.

Sé responsable con la tenencia de tus mascotas. Los animalitos llegan a formar parte de la familia y su educación y buen comportamiento son de tu absoluta responsabilidad. Enséñales a no hacer ruido, recoge sus desechos y paséalos siempre con correa para evitar accidentes o molestias a otras personas de tu condominio.

Cuida las áreas comunales de tu edificio o conjunto habitacional. Recuerda que estos espacios son de todos y, por tanto, además del derecho a utilizarlos, también compartes la responsabilidad de mantenerlos.

Practica buenos modales y la amabilidad con todos tus vecinos, en especial con las personas de la tercera edad y con quienes posean alguna discapacidad. Sé un buen vecino y mantente siempre dispuesto a colaborar y prestar ayuda a quien lo necesite.

Paga puntualmente las expensas y cuotas establecidas en tu edificio o conjunto habitacional. El pago puntual de estos rubros permite a la Administración desempeñar su trabajo para el buen funcionamiento de todo el condominio.

Involúcrate en las actividades condominiales, colabora con la directiva y administración, propón alternativas de solución a los problemas existentes y, en general, mantente atendo y dispuesto a colaborar para contribuir al buen desempeño de la vida en el condominio.

El cumplimiento de estas sencillas pero importantes acciones promueven el desarrollo de relaciones saludables entre vecinos y facilitan la buena convivencia dentro de los conjuntos habitacionales o condominios. Recuerda que al vivir bajo el régimen de propiedad horizontal compartes derechos, pero también obligaciones y lograr espacios de buena vecindad es responsabilidad de todos los copropietarios.

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¿Cómo enseñar a los niños a ser buenos vecinos?

La convivencia dentro de un condominio es uno de los aspectos que más influyen en la calidad de vida y en la experiencia vecinal de las personas. Al mudarnos de casa o departamento tenemos conocimiento respecto al inmueble que hemos comprado o alquilado, sus características, servicios, ubicación, etc., pero desconocemos por completo sobre la dinámica comunitaria y las relaciones vecinales con las que tendremos que lidiar y bajo las cuales deberemos adaptar nuestra vida. En artículos anteriores hemos abordado el tema de la convivencia entre vecinos, las formas de evitar o resolver conflictos, sobre los derechos y las obligaciones que adquirimos al vivir bajo el régimen de propiedad horizontal, entre otros. En esta ocasión, desde Fundación Bien-Estar queremos dedicar este post a los vecinos más pequeños, los niños que viven dentro de un condominio.

Al igual que las personas adultas que habitan en un conjunto residencial o condominio, los niños tienen derechos y obligaciones y están sujetos a las mismas normativas de convivencia. Por esta razón es muy importante que desde pequeños reciban la guía adecuada para normar su comportamiento y adaptarlo a la convivencia con sus vecinos.

Con este objetivo, a continuación te presentamos algunas sencillas recomendaciones que te ayudarán a guiar el comportamiento de tus niños dentro del condominio para que se conviertan en buenos vecinos. Enséñales a:

  • Respetar las normas establecidas en el condominio, tales como, respetar los espacios privados, cuidar los espacios comunes, utilizar adecuadamente las instalaciones, colocar la basura en su lugar, pasear a las mascotas con collar y recoger sus desperdicios, etc.
  • Evitar el ruido. Los niños, por naturaleza, son ruidosos, pero deben comprender que sus acciones afectan a las otras personas y el ruido excesivo constituye una falta de consideración para con sus vecinos. Explícales que dentro del edificio pueden haber personas enfermas o bebés que necesiten silencio para descansar.
  • Colaborar y participar en las actividades comunitarias, sean de limpieza, adecentamiento o socialización. Estas actividades permiten estrechar los lazos vecinales y crear vínculos entre los niños y las personas de su entorno, de esta manera se construyen espacios y relaciones más seguros para todos.
  • Ser cordiales y comedidos. Dentro del condominio, al igual que en las demás instancias de la sociedad, deben practicarse las normas básicas de educación y cortesía. Como por ejemplo:
    • Saludar y despedirse, tanto de los vecinos como del personal que trabaje en el condominio (guardias, conserjes, administradores, etc.), solicitar con amabilidad y agradecer cuando se ha recibido algún servicio o favor.
    • Comedirse a ayudar en caso de que alguien lo necesite. Los niños pueden ayudar a sus vecinos mayores con pequeños favores como cargar paquetes livianos, abrir y/o cerrar puertas, subir o bajar gradas, etc.

Los niños forman parte importante de toda comunidad y una vez que han aprendido a respetar y cumplir las normas establecidas pueden convertirse en los mejores aliados para lograr una comunidad organizada.

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¿Qué hacer con los malos vecinos dentro de un condominio? Parte 2

Con esta segunda parte cerraremos con broche de oro este artículo haciendo una breve identificación de más perfiles de malos vecinos que habitan nuestro condominio. Leamos detenidamente su descripción para saber qué podemos hacer con ellos desde nuestro cargo de administrador:

El vecino contreras: Este vecino se opone a todo lo que se propone en el condominio. Y cuando me refiero a todo, es a todo. Sin distinguir si es bueno o malo, este vecino siempre va a encontrar un problema, real o imaginario, a cualquier iniciativa. Si bien la solución más sencilla puede ser no prestarles mucha atención a sus objeciones, el problema puede agravarse cuando sus inconformidades hacen eco en más vecinos. Para evitar que este vecino genere más problemas, es recomendable incluirlo estratégicamente en los procesos de toma de decisiones. De esta forma él será parte de las iniciativas y esto ayudará a que disminuya su oposición.

 El vecino tiburón sin miedo al éxito: Este vecino se caracteriza por querer hacer negocio de todo y con todos, lo cual, en estricto sentido no sería un problema siempre que esto no comprometa las finanzas del condominio. Por lo general, está muy pendiente de los procesos de contratación de bienes y servicios del condominio para, en el momento oportuno, desacreditar las propuestas presentadas y, en su lugar, ofrecer las suyas o “recomendar” a sus amigos. Asimismo, este vecino suele proponer trueques o “negocios” a la directiva o al administrador para compensar el pago de las expensas.  Para tratar con este vecino es preciso tener en claro que él siempre va a priorizar su beneficio propio por sobre el del condominio, por ello no es saludable tenerlo como proveedor. Para evitar esto, se recomienda que la asamblea apruebe un instructivo o emita una resolución en la que se normen los procesos de contratación y se establezcan concursos abiertos, transparentes y sin conflicto de intereses.  

El vecino de cristal: Este vecino es el vivo ejemplo de la extrema sensibilidad. No se le puede reclamar nada porque todo lo ve como una ofensa o una vulneración de sus derechos. Generalmente piensa que su accionar es perfecto y que todo el mundo debe estar consciente de ello y estar agradecido de tenerlo en el condominio. A menudo presenta reclamos escandalosos a la administración y empapela ascensores y carteleras con quejas e indirectas en contra de otros copropietarios. Se ve a sí mismo como el “deber ser” del vecino y condiciona o presiona al administrador para que las decisiones sean a su medida y beneficio. Este tipo de vecino suele compartir características con el “vecino abusivo” y el “vecino jurisconsulto” y su participación en las asambleas las vuelve largas y poco eficientes. Para tratar con este vecino es necesario tratarlo con respeto y cortesía, pero sin atenciones preferentes. El administrador debe procurar no caer en su juego y siempre tener en mente que su labor es la de procurar el beneficio común y no la satisfacción de un vecino en particular.

Seguro en nuestro condominio tenemos algunos de estos vecinos y en lugar de ignorarlo debemos saber cómo tratar con él. Recuerda que todos los copropietarios tienen derechos, pero también obligaciones, y que nuestro éxito como administradores radica en saber manejar el equilibrio entre estas dos. Nos vemos en una próxima entrega con más consejos para vivir mejor en comunidad.

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¿Qué hacer con los malos vecinos dentro de un condominio?

Esta pregunta es recurrente y, sinceramente, difícil de responder. No solo porque no existe una sola respuesta, sino porque la categoría de “mal vecino” es muy amplia y sujeta a interpretaciones subjetivas. Para evitarnos tan sensible tarea, procuraremos incluir en esta categoría a aquellos vecinos que por su accionar afectan a la convivencia dentro del condominio.

Dicho esto, identifiquemos algunos ejemplos de malos vecinos y revisemos qué podemos hacer al respecto desde nuestro cargo de administrador:

  • El vecino moroso: Este vecino generalmente piensa que el pago de las expensas es un acto de generosidad. Asimismo, justifica su falta de pago por estar en desacuerdo con las decisiones que se toman. Para tratar con él, como administradores debemos ser firmes y fundamentar nuestra gestión de cobro en la Ley y Reglamento General de Propiedad Horizontal. Recordemos que, si el vecino moroso no paga por las buenas, siempre se puede iniciar un proceso judicial ejecutivo o monitorio para el cobro de las expensas vencidas.
  • El vecino abusivo: Este vecino, por su parte, piensa que todo el condominio es una extensión de su casa o departamento, por ello, suele adornar los pasillos de su piso con zapateras, cuadros, macetas, entre otras cosas. Asimismo, suele ocupar las gradas de emergencia para guardar coches de bebé, cilindros de gas o cartones. A vecinos como este debemos llamarles la atención por escrito citando las partes pertinentes del Art. 12 del Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal y sancionándoles con las multas definidas en nuestro reglamento interno.
  • El vecino jurisconsulto: Este vecino se caracteriza por intimidar a todo el mundo con su “vasto” conocimiento de leyes reales e inventadas. Suele citar cosas como “derechos adquiridos”, “declararse en rebeldía” o “violación de derechos humanos y constitucionales” para evitar cumplir con sus obligaciones para con el condominio. Para lidiar con vecinos así, en primer lugar, no debemos caer en su juego. Recordemos que nuestra mejor herramienta es tener un conocimiento claro de la Ley y Reglamento de Propiedad Horizontal. La próxima vez que este vecino trate de atemorizarnos con esta estrategia, preparemos una respuesta en derecho y vayamos desmintiendo punto por punto sus objeciones.
  • El vecino iluminado: Por experiencia, este tipo de vecinos es uno de los más peligrosos. Si bien comparte características con el vecino jurisconsulto, se diferencia de este por su carisma e innegables “buenas intenciones”. Generalmente llegan al directorio o a liderar un bando de vecinos con ideas o propuestas, en el mejor de los casos, medianamente acertadas, pero altamente populares. Esto hace que en poco tiempo se vuelvan “expertos” en el manejo de condominios y que acaparen la presidencia o administración por muchos años. Para evitar tener vecinos así lo mejor es capacitar a todos los copropietarios en el régimen legal de propiedad horizontal y procurar definir procesos electorales internos que promuevan la alternabilidad y participación democrática de todos.

En la próxima entrega continuaremos revisando más perfiles de malos vecinos y cómo lidiar con ellos en el condominio.

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El reciclaje en condominios: Una acción de alto impacto

El paisaje urbano va cambiando rápidamente. Cada vez hay más conjuntos, edificios y otras propiedades bajo régimen de propiedad horizontal que son habitados por un sinnúmero de familias. Estos espacios son esenciales en la vida en la ciudad, pero son parte de un grave problema ambiental por la cantidad de basura que generan diariamente.  Por esta razón es necesario, de manera urgente, manejar correctamente los residuos y procurar su reciclaje.

Durante la última década la economía circular ha tomado fuerza a nivel mundial porque presenta un nuevo modelo de producción y consumo sostenible. Su objetivo es mantener el plástico, vidrio, metal, papel e incluso residuos orgánicos por más tiempo en la vida útil convirtiéndolos en nuevos productos en vez de llegar al botadero. Esta alternativa cuenta con varios beneficios como el crecimiento de la economía y el empleo, además de la reducción de emisiones y consumo de recursos naturales.

Para comprender de mejor forma el problema de la basura es necesario revisar uno datos locales. El Ecuador genera 4.1 millones de toneladas de basura por año, de las cuales es reciclable al menos el 85% entre basura orgánica e inorgánica. Solo la ciudad de Quito genera 2.200 toneladas de basura diaria; de ellas, 1870 toneladas que podrían ser recicladas. Se estima que cada persona produce al menos 1 kilo de basura por día.  Actualmente apenas el 4% de este material es reciclado.

La separación de residuos en nuestros hogares facilita la reducción estas cifras, y nos permite pasar de consumidores a ciudadanos. Debido al número de familias que habita en condominios el impacto de esta acción es aún más grande. Diversas asociaciones buscan trabajar en conjunto con los condominios para brindar capacitación y asesoría a sus habitantes, a cambio de retirar con frecuencia el material reciclado, lo que permite que los socios cubran su sueldo y aportaciones al seguro social.

Para Isabel Tipán estos acuerdos son muy importantes. Ella preside la Asociación de Servicios de Reciclaje Inclusivo “Recicladores Unidos” y es fiel testigo de que la adopción de pequeños hábitos cambia la realidad de muchas personas. Afirma que la capacitación sobre este tema permite que la mayor parte de material reciclable tenga una nueva vida pues se brindan indicaciones para mantenerlo en buen estado. El trabajo en conjunto con edificios y condominios le ha permitido solventar las necesidades básicas de su familia sin exponerse a riesgos como cortaduras con vidrios trizados y jeringas expuestas. Por ello, hace un llamado a la ciudadanía a separar los residuos y contactarse con las Asociaciones para que los puedan recibir de manera directa.

Muchas personas como Isabel Tipán son actores importantes en la ciudad, pero se han vuelto invisibles ante nuestros ojos. Nos falta reconocer socialmente su esfuerzo y su falta de acceso a un sueldo digno, asistencia social y seguridad laboral. La separación correcta de los residuos en los hogares no lleva mucho tiempo y esfuerzo y es un gran paso para tener un impacto positivo en el mundo. Esta pequeña acción nos permitirá reducir la contaminación, la cantidad de vertederos de basura en la ciudad y también mejorar la calidad de vida de más personas.

 

Soc. Cristina León – Fundación Bien – Estar

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Recomendaciones para empezar bien el año en condominios

Como sucede con los nuevos ciclos, el inicio del nuevo año trae energías renovadas y expectativas para el periodo por venir. Sin embargo, la consecución de los objetivos planteados se logra con las acciones implementadas desde el primer día y el trabajo constante. En este sentido, sea que se trate de un proyecto personal o de la administración de un condominio, la planificación constituye la herramienta más importante para guiar el accionar diario hacia el logro de las metas propuestas, así como para prever posibles contingencias ante eventos no previstos.

Con el objetivo de ayudar a planificar la administración del condominio para el nuevo año, desde Fundación Bien-Estar hemos preparado algunas recomendaciones que pueden facilitar esta importante tarea:

  • Preparar el respectivo informe de gestión del trabajo realizado por la administración durante el año anterior. En él debe incluirse un análisis comparativo entre las actividades programadas y las ejecutadas durante el periodo de tiempo analizado, así como también, el detalle de los gastos presupuestados y los realizados. Este informe deberá presentarse ante la Asamblea de Copropietarios cuando esta se reúna, pero es importante tenerlo listo con anticipación.
  • Revisar las instalaciones del edificio o conjunto habitacional para identificar posibles daños que requieran intervención urgente, o bien equipos y espacios a los que se debe dar mantenimiento, así como también, aquellas obras de mejora que podrían implementarse.
  • Presupuestar los arreglos o mejoras identificados en el recorrido a las instalaciones. En este aspecto, es importante contar con, al menos, tres proformas de proveedores distintos para que puedan ser analizadas por la asamblea previo a su aprobación.
  • Preparar el presupuesto anual con base en los gastos corrientes y aquellas inversiones que deben hacerse para solventar los arreglos o mejoras necesarios. Este presupuesto debe incluir la reserva del 5% (como mínimo) establecida en el Reglamento General de la Ley de Propiedad Horizontal.
  • Revisar el registro de pagos de expensas y aplicar acciones de cobranza para recuperar los fondos pendientes de pago, de esta manera el condominio iniciará el nuevo periodo con los recursos necesarios para ejecutar su planificación.
  • Actualizar la información de contacto de copropietarios y arrendatarios para mantener canales de comunicación activos. Esto resulta también muy importante para que la administración pueda actuar en casos de emergencia.
  • Preparar la documentación pertinente para la actualización de nombramientos de la persona encargada de la Administración y/o Presidencia, proceso que debe realizarse anualmente.
  • Preparar documentación y planificar con la directiva la convocatoria para la primera asamblea ordinaria de copropietarios.

Siguiendo estas sencillas, pero importantes recomendaciones, la transición para el nuevo año en el condominio se desarrollará sin inconvenientes y quedarán sentadas las bases de organización para los meses siguientes. De esta manera, tanto la Administración, como los copropietarios estarán mejor preparados para afrontar el trabajo y los imprevistos que pudieran surgir en este nuevo periodo.

Abg. Jonathan Gómez – Coordinador de Acompañamiento social